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sábado, 26 de mayo de 2012

EMBARAZADA DE UNA PIEDRA DURANTE 46 AÑOS


Zahra, una mujer marroquí de 75 años, ha sufrido uno de los casos más raros en la historia de la medicina.
En 1955, esta mujer se quedó embarazada y sufrió las contracturas habituales de un parto, pero cuando acudió al hospital, vio a una mujer morir en la sala de parto, por lo que huyó muy asustada.
Cuando llegó a casa, Zahra no sintió más contracciones, por lo que creyó que podía llevar un“niño dormido”, una creencia popular marroquí que explica que hay niños que deciden quedarse a vivir por siempre jamás en el vientre de su madre.
Hace unos días, a sus 75 años y tras 50 de “embarazo”, Zahra volvió a sentir las contraccionesy acudió al hospital. Esta vez hubo parto, por cesárea, pero lo que salió del cuerpo de la mujer fue un feto de piedra.
Según cuentan los médicos, el cuerpo de Zahra había asumido que  el feto era un órgano más.

viernes, 11 de mayo de 2012

Las cosas más raras extraídas del cuerpo humano


Es un clásico: hay documentales, artículos en periódicos y revistas, horas de radio y televisión dedicadas a ello, pero nunca es un mal momento para recopilar unas cuantas cosas extrañas sacadas del cuerpo humano. No, no me refiero a apéndices ni piedras, que eso al fin y al cabo entra dentro de lo posible. Me refiero a lápices, gusanos o ¡botellas!, que eso es menos habitual. ¿No os lo creéis? Luego me decís…

10. Un cepillo de dientes

Una joven de 22 años intentó en 2009 (entonces tenía 20) provocarse el vómito con un cepillo de dientes. El problema es que se lo tragó accidentalmente y tuvieron que operarla para sacarlo de ahí. La protagonista de los hechos, Martha Restrepo, aseguró que se los estaba lavando, pero tenía las manos enjabonadas y por eso se lo tragó. Me cuadra más lo primero.

9. Una bala en el oído

Michael Moyla, corredor de Rabobank (no, no es ciclista, pero siempre quise decir eso de “corredor de Rabobank” después de un nombre extranjero). Perdón, perdón… empezamos. Michael Moyladescubrió que los dolores de cabeza que tenía obedecían a una bala que tenía detrás de su oído derecho.
Resulta que la mujer de Michael dormía con una pistola bajo la almohada. Sonó la alarma en casa y ella se asustó, sacó el arma y se le disparó accidentalmente. No me preguntéis cómo, pero él no se enteró. Lo peor para ambos es que ella tenía antecedentes por traficar con cocaína, lo que le impide tener armas, de modo que fue detenida.

8. Una aguja en el culo durante 31 años

Lao Du es un hombre chino que estaba resfriado en 1978, fue a ponerse una inyección, la aguja se rompió y se le quedó dentro. Notó que algo no iba bien, un dolor incipiente ahí donde la espalda pierde su casto nombre, de modo que fue al médico nuevamente. No sé que le dirían, pero aquello no lo encontraron. Vuelta a casa con la aguja en el culete.

Así pasaron los días, las semanas, los meses y los años hasta que, en abril de 2009, localizaron a la compañera puñetera y la sacaron.

7.Un electrodo en el vientre

Raquel de la Cruz sentía dolores en el vientre desde que dio a luz a su primer hijo, nacido a través de una cesárea. Le realizaron una ecografía, pero todo parecía normal. No obstante, después de una gastroenteritis que agudizó su dolor le hicieron una radiografía que descubrió “un objeto metálico similar a una pulsera” entre el útero y la vejiga. Cuatro años después le hicieron una nueva cesárea y le extrajeron un electrodo (tornillo) de los usados en la instrumentación quirúrgica.

6. Una rama en el pulmón

El ruso Artyom Sidorkin fue al hospital para ver a qué obedecían sus fuertes dolores en el pecho y su tos con sangre. Los médicos le hicieron una radiografía y descubrieron que en su pulmón había algo que parecía un tumor. Y digo parecía porque cuando le hicieron una biopsia encontraronextrañas agujas verdes clavadas en el tejido. No era un tumor, no, era una rama de abeto de cinco centímetros, fruto de un extraño brote.

5. Balas en la cabeza

Quizás penséis que esto de las balas en la cabeza es algo inusual, pero al parecer es casi más común que operarse de miopía. Tan pronto encuentas a un joven turco con una bala en el cráneo durante diez años, como un anciano a quien le extraen una bala de la Guerra de Corea después de 60 años o una mujer de 77 años a quien una bala de la II Guerra Mundial la atormenta desde los 13.Lo dicho, esto es más habitual que un capítulo repetido de Los Simpsonsn a mediodía.

4. Arañas en el oído

Los zumbidos que oía y el dolor que sentía Jesse Courtney en la cabeza eran por culpa de dos arañas (una viva y otra muerta) que se habían instalado en su oído. Los hechos tuvieron lugar en 2007, cuando Jesse dijo que oía continuamente cereales siendo bañados con leche. Irrigaron su oído por dos veces y extrajeron a las arañas(del tamaño de la goma de borrar de un lápiz), que conservó en un bote.

3. Un gusano en el cerebro

En 2008, Rosemary Álvarez tenía 37 años y un gusano en el cerebro. Bueno, más que un gusano era un ‘Taenia solium’, que llegó a su cuerpo tras ingerir un alimento contaminado por una persona que tenía el parásito. El animal le causó numerosos problemas, entre ellos entumecimiento de un brazo y dificultades para tragar. No obstante, cuando se lo retiraron su vida volvió a la normalidad.

2. Un lápiz en la cabeza

Al más puro estilo Homer Simpson, Magret Wegner convivió con un lápiz en su cabeza durante 55 años después de que a los cuatros años se cayera portando un lapicero en la mano. Éste se introdujo a través de su piel y desapareció en su cabeza, causándole durante cinco décadas jaquecas y hemorragias nasales. El lápiz, de ocho centímetros, fue extirpado… bueno, más o menos. Aún conserva dos centímetros.

1. Un feto que llevaba en su vientre 30 años

Lusianni Isa descubrió en marzo de este año que los dolores que sufría en la zona abdominal era causa de un embarazo que tuvo hace 30 años… aunque nunca llegó a dar a luz. Esta haitiana de 65 años acudió a curanderos y médicos para que la trataran, pero nadie encontró la razón. Fue ahora, 30 años después de su gestancia, cuando descubrieron que había sufrido un embarazo fuera del útero, lo que provocó que el feto (de dos kilos) quedara petrificado en su vientre.

domingo, 6 de mayo de 2012

Edward Mordrake, el hombre con dos rostros



Edward Mordrake era un inglés que tenía un rostro extra en la nuca.
De acuerdo a las historias que se cuentan de él, el rostro no podía hablar ni comer, pero podía reír y llorar.
Edward suplicó a los médicos que le extrajeran este gemelo demoniaco porque, supuestamente, le susurraba cosas horribles en la noche, pero ningún médico se atrevió a intentarlo.
Edward cometió suicidio a la edad de 23 años.

En él se dice que Edward Mordrake era heredero de una familia noble de Inglaterra, su gemelo parásito era en realidad ella y hasta se escribió una opera con su historia llamada "Poor Edward".

Además encontré este otro relato:

“Una de las historias más raras así como de las más melancólicas de la deformidad humana es la de Edward Mordrake, quien iba a ser el heredero de una de las familias más nobles de Inglaterra. Sin embargo nunca reclamó el título y se suicidó a los veintitrés años. Vivía en un retiro absoluto, evitando las visitas incluso de los miembros de su familia. Era un joven de grandes conocimientos, un buen estudiante y un músico de rara habilidad. Su figura era remarcable por su gracia natural, y su rostro –su rostro natural- era como el de Antinoo. Pero en la parte de atrás de su cabeza había otra cara, la de una chica muy guapa, “adorable como un sueño, atroz como un demonio”. El rostro femenino era una mera máscara, “ocupando sólo una pequeña zona de la parte posterior del cráneo, aunque mostrando signos de inteligencia de aire maligno”. Se la había visto sonriendo y burlándose mientras Mordrake lloraba. Sus ojos seguían los movimientos del espectador, y sus labios se movían sin cesar. La voz era inaudible pero Mordrake aseguraba que durante la noche no podía conciliar el sueño debido a los odiosos susurros de su “gemela diabólica” como él la llamaba, “que nunca duerme, pero que me habla de tales cosas de las que sólo se oyen en el infierno. La imaginación no puede concebir las tentaciones espantosas en las que me envuelve. Por alguna imperdonable maldad de mis antepasados estoy cosido a este demonio – porque estoy seguro que es un demonio. Yo ruego y suplico para que lo eliminéis del mundo, aunque yo muera”. Estas eran las palabras del desventurado Mordrake a Manvers y Treadwell, sus médicos. Aunque lo vigilaban constantemente consiguió procurarse veneno, debido a lo cual murió, dejando una carta en la que pedía que la “cara demoníaca” fuera destruida antes de su funeral, “para que no continuase con sus espantosos susurros en la tumba”. Por petición propia fue enterrado en tierra baldía, sin ninguna lápida o marca que dejara constancia de su tumba.”


Pobre Edward
¿Has oído lo que dicen de edward?
En la parte de atrás de su cabeza
Tenía otra cara
Era la de una mujer
O la de una joven.
Decían que quitársela lo mataría
Así que el pobre edward estaba perdido

La cara reía y lloraba
Era su hermana gemela malvada
Por las noches ella le hablaba
De cosas solo mencionadas en el infierno
Era imposible separarlos
Encadenados juntos de por vida

Al final, la campana dobló por su condena
Alquiló unas habitaciones
Y se ahorcó con ella
De los barrotes del balcón
Algunos todavía creer que se liberó de ella
Pero yo la conocía muy bien
Y digo que le llevó al suicidio
Y se llevó al pobre Edward al infierno...

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