Las coincidencias son casos que la ciencia no puede explicar. Pero bueno, juzga por ti mismo las coincidencias. Te ha sucedido algo similar, quizá no tan raro, pero sí curioso.
1. El libro de la infancia
En el año 1920, mientras la novelista norteamericana Anne Parrish recorría las librerías de París, se encontró con un ejemplar de uno de sus libros favoritos de infancia: Jack Frost y otras historias. Tomó el viejo libro de la estantería y se lo enseñó a su marido diciéndole que ese era el libro que con más cariño recordaba de su infancia. Su marido abrió el ejemplar y en la primera hoja descubrió la inscripción: “Anne Parrish, 209 N. Weber Street, Colorado Spring”. ¡Era el mismo libro que perteneció a Anne!
2. Los gemelos
En el año 2002, dos hermanos gemelos de 70 años murieron con una diferencia depocas horas tras sufrir dos accidentes de tráfico distintos en la misma carretera del norte de Finlandia. El primero de los gemelos murió tras ser arrollado por un camión mientras paseaba en bicicleta en Raahe, a 600 kilómetros al norte de la capital, Helsinki. Murió exactamente a 1 kilómetro y medio del punto en el que falleció su hermano. “Esto es simplemente una coincidencia histórica. Aunque la carretera soporta mucho tráfico, no ocurren accidentes cada día”, comentó a la agencia Reuters la oficial de policía Marja-Leena Huhtala.
3. Coincidencia de un taxi
En 1975, mientras montaba en ciclomotor en Bermuda, un hombre sufrió un encontronazo contra un taxi que terminó con su vida. Un año más tarde, el hermano de este hombre moría exactamente del mismo modo. De hecho, iba montado en el mismo ciclomotor y para rematar la mala suerte, el golpe lo recibió del mismo conductor a bordo del mismo taxi. ¡Pero es que además el pasajero del taxi era el mismo!
4. Coincidencia fotográfica
Una madre alemana que fotografió a su pequeño hijo en 1914 llevó la película a revelar a un almacén en Estrasburgo. En aquellos días, se vendías las placas fotográficas de forma individual. La llegada de la Primera Guerra Mundial hizo imposible que la mujer pudiera acercarse a Estrasburgo a recoger la fotografía por lo que la señora la dio por perdida. Dos años después, compró una placa de película en Frankfurt, a más de 166 kilómetros de distancia, para tomarle una fotografía a su hija recién nacida. Cuando llevó la placa a revelar, el técnico descubrió una doble exposición, el retrato de la niña estaba superpuesta a la foto de su propio hijo. Por alguna extraña cadena de casualidades la película original no había llegado a ser revelada, había sido etiquetada erróneamente como no usada, y se la habían revendido justo a ella.
5. El libro extraviado
En 1973, el actor Anthony Hopkins accedió a aparecer en “La chica de Petrovka”, película basada en una novela de George Feifer. Incapaz de encontrar una copia del libro en ninguna librería de Londres, Hopkins quedó realmente sorprendido al encontrar un ejemplar sobre el banco de una estación de tren. Resultó ser la propia copia personal de Goerge Feifer, con sus anotaciones, que Feifer le había prestado a un amigo al que luego se la sustrajeron del coche.
6. Gemelos desconocidos pero con vidas similares
Los hermanos gemelos Jim Lewis y Jim Springer fueron separados al nacer y terminaron en distintos hogares de adopción. Sin saber nada el uno del otro, ambas familias llamaron James a los chicos. Los dos crecieron sin conocerse, pero aún así los dos terminaron siendo agentes del orden público, destacaron por sus habilidades en mecánica y carpintería. Los dos se casaron con mujeres llamadas Linda. Ambos tuvieron hijos, uno llamado James Alan y el otro James Allan. Los hermanos gemelos se divorciaron de sus esposas y se casaron de nuevo con dos mujeres llamadas Betty. Además los dos tenían perro, llamado en ambos casos Toy.
7. ¿Venganza del árbol?
En 1883, Henry Ziegland rompió relaciones con su novia, quien completamente afligida, terminó suicidándose. El enfurecido hermano de la chica persiguió a Ziegland y le disparó. Creyendo que lo había matado, el hermano se quitó entonces la vida. Pero el caso es que, Ziegland no había muerto. La bala solo le había arañado el rostro, y terminó alojada en un árbol. Escapó por los pelos. Años más tarde Ziegland decidió cortar el mismo árbol, que aún tenía la bala en su interior. El árbol parecía tan formidable que decidió volarlo con dinamita. La explosión extrajo la bala de la corteza, la cual salió disparada en dirección a Ziegland, le alcanzó en la cabeza y le mató.
8. Descubrimiento en el Hotel
En 1953, el reportero televisivo Irv Kupcinet se encontraba en Londres para cubrir los actos de coronación de Isabel II. En uno de los cajones de su habitación en el Hotel Savoy encontró algunos objetos que, por su identificación, pertenecieron a un hombre llamado Harry Hannin. Daba la casualidad que Harry Hannin – una estrella del baloncesto que actuaba en el afamado equipo de los Harlem Globetrotter – era un buen amigo de Kupcinet, pero la historia tiene aún un nuevo giro. Solo dos días después, y antes de que pudiera llamar a Hannin para hablarle de su afortunado descubrimiento. Kupcinet recibió una carta de Hannin, en la carta este le contaba que en una reciente estancia en el Hotel Meurice de París, ¡Hannin había encontrado en un cajón una corbata con el nombre de Kupcinet!
9. Juego de Poker
En 1858, Robert Fallon fue asesinado a tiros como acto de venganza por parte de aquellos con los que estaba jugando al poker. Según ellos, Fallon les había ganado 600 dólares haciendo trampas. Con el asiento de Fallon vacío, y sin que ningún otro jugador se atreviese a coger los ahora “gafes” 600 dólares, encontraron a un nuevo jugador que se hiciera cargo del dinero del hombre y siguiera la partida. Para cuando llegó la policía a investigar el asesinato, el nuevo jugador había convertido los 600 dólares de Fallon en 2.200$. La policía le reclamó los 600 dólares originales para hacérselos llegar al heredero legal de Fallon, y en ese momento descubrieron que el nuevo jugador resultó ser ¡el propio hijo de Fallon!, que no había visto a su padre durante los últimos siete años.
1. El libro de la infancia
En el año 1920, mientras la novelista norteamericana Anne Parrish recorría las librerías de París, se encontró con un ejemplar de uno de sus libros favoritos de infancia: Jack Frost y otras historias. Tomó el viejo libro de la estantería y se lo enseñó a su marido diciéndole que ese era el libro que con más cariño recordaba de su infancia. Su marido abrió el ejemplar y en la primera hoja descubrió la inscripción: “Anne Parrish, 209 N. Weber Street, Colorado Spring”. ¡Era el mismo libro que perteneció a Anne!
2. Los gemelos
En el año 2002, dos hermanos gemelos de 70 años murieron con una diferencia depocas horas tras sufrir dos accidentes de tráfico distintos en la misma carretera del norte de Finlandia. El primero de los gemelos murió tras ser arrollado por un camión mientras paseaba en bicicleta en Raahe, a 600 kilómetros al norte de la capital, Helsinki. Murió exactamente a 1 kilómetro y medio del punto en el que falleció su hermano. “Esto es simplemente una coincidencia histórica. Aunque la carretera soporta mucho tráfico, no ocurren accidentes cada día”, comentó a la agencia Reuters la oficial de policía Marja-Leena Huhtala.
3. Coincidencia de un taxi
En 1975, mientras montaba en ciclomotor en Bermuda, un hombre sufrió un encontronazo contra un taxi que terminó con su vida. Un año más tarde, el hermano de este hombre moría exactamente del mismo modo. De hecho, iba montado en el mismo ciclomotor y para rematar la mala suerte, el golpe lo recibió del mismo conductor a bordo del mismo taxi. ¡Pero es que además el pasajero del taxi era el mismo!
4. Coincidencia fotográfica
Una madre alemana que fotografió a su pequeño hijo en 1914 llevó la película a revelar a un almacén en Estrasburgo. En aquellos días, se vendías las placas fotográficas de forma individual. La llegada de la Primera Guerra Mundial hizo imposible que la mujer pudiera acercarse a Estrasburgo a recoger la fotografía por lo que la señora la dio por perdida. Dos años después, compró una placa de película en Frankfurt, a más de 166 kilómetros de distancia, para tomarle una fotografía a su hija recién nacida. Cuando llevó la placa a revelar, el técnico descubrió una doble exposición, el retrato de la niña estaba superpuesta a la foto de su propio hijo. Por alguna extraña cadena de casualidades la película original no había llegado a ser revelada, había sido etiquetada erróneamente como no usada, y se la habían revendido justo a ella.
5. El libro extraviado
En 1973, el actor Anthony Hopkins accedió a aparecer en “La chica de Petrovka”, película basada en una novela de George Feifer. Incapaz de encontrar una copia del libro en ninguna librería de Londres, Hopkins quedó realmente sorprendido al encontrar un ejemplar sobre el banco de una estación de tren. Resultó ser la propia copia personal de Goerge Feifer, con sus anotaciones, que Feifer le había prestado a un amigo al que luego se la sustrajeron del coche.
6. Gemelos desconocidos pero con vidas similares
Los hermanos gemelos Jim Lewis y Jim Springer fueron separados al nacer y terminaron en distintos hogares de adopción. Sin saber nada el uno del otro, ambas familias llamaron James a los chicos. Los dos crecieron sin conocerse, pero aún así los dos terminaron siendo agentes del orden público, destacaron por sus habilidades en mecánica y carpintería. Los dos se casaron con mujeres llamadas Linda. Ambos tuvieron hijos, uno llamado James Alan y el otro James Allan. Los hermanos gemelos se divorciaron de sus esposas y se casaron de nuevo con dos mujeres llamadas Betty. Además los dos tenían perro, llamado en ambos casos Toy.
7. ¿Venganza del árbol?
En 1883, Henry Ziegland rompió relaciones con su novia, quien completamente afligida, terminó suicidándose. El enfurecido hermano de la chica persiguió a Ziegland y le disparó. Creyendo que lo había matado, el hermano se quitó entonces la vida. Pero el caso es que, Ziegland no había muerto. La bala solo le había arañado el rostro, y terminó alojada en un árbol. Escapó por los pelos. Años más tarde Ziegland decidió cortar el mismo árbol, que aún tenía la bala en su interior. El árbol parecía tan formidable que decidió volarlo con dinamita. La explosión extrajo la bala de la corteza, la cual salió disparada en dirección a Ziegland, le alcanzó en la cabeza y le mató.
8. Descubrimiento en el Hotel
En 1953, el reportero televisivo Irv Kupcinet se encontraba en Londres para cubrir los actos de coronación de Isabel II. En uno de los cajones de su habitación en el Hotel Savoy encontró algunos objetos que, por su identificación, pertenecieron a un hombre llamado Harry Hannin. Daba la casualidad que Harry Hannin – una estrella del baloncesto que actuaba en el afamado equipo de los Harlem Globetrotter – era un buen amigo de Kupcinet, pero la historia tiene aún un nuevo giro. Solo dos días después, y antes de que pudiera llamar a Hannin para hablarle de su afortunado descubrimiento. Kupcinet recibió una carta de Hannin, en la carta este le contaba que en una reciente estancia en el Hotel Meurice de París, ¡Hannin había encontrado en un cajón una corbata con el nombre de Kupcinet!
9. Juego de Poker
En 1858, Robert Fallon fue asesinado a tiros como acto de venganza por parte de aquellos con los que estaba jugando al poker. Según ellos, Fallon les había ganado 600 dólares haciendo trampas. Con el asiento de Fallon vacío, y sin que ningún otro jugador se atreviese a coger los ahora “gafes” 600 dólares, encontraron a un nuevo jugador que se hiciera cargo del dinero del hombre y siguiera la partida. Para cuando llegó la policía a investigar el asesinato, el nuevo jugador había convertido los 600 dólares de Fallon en 2.200$. La policía le reclamó los 600 dólares originales para hacérselos llegar al heredero legal de Fallon, y en ese momento descubrieron que el nuevo jugador resultó ser ¡el propio hijo de Fallon!, que no había visto a su padre durante los últimos siete años.